Como señalábamos antes, la cereza es muy diurética, por lo que puedes tomarla cuando quieras hacer una dieta depurativa, ya que te va a ayudar a desintoxicar tu cuerpo. Por ello, la cereza es buena para eliminar líquidos, gracias al potasio. Del mismo modo, esta pequeña fruta aporta vitaminas A, B, C y E.
La cereza es buena para personas con hipertensión y tampoco es mala para quienes sean diabéticos, ya que no tiene un alto contenido en azúcar. Digamos que un tercio de su composición son hidratos de carbono, el resto es básicamente agua. Esto la convierte en una fruta muy ligera.
Pese a que tenga poco contenido en fibra, la cereza es un alimento con propiedades laxantes, además de saciantes (evidentemente, si te comes una sola cereza no te vas sentir saciado). Esto la convierte en un complemento ideal para la regulación del tránsito intestinal. Es decir, con la cereza evitas la acumulación de gases, que pueden producirte molestos dolores de estómago. También evitas el estreñimiento.
Por otro lado, hay estudios científicos que aseguran que la cereza tiene propiedades anticancerígenas, además de retrasar el envejecimiento de las células. Las cerezas también son buenas para el corazón y para descansar, por su contenido en melatonina.
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